El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, no ha sabido cómo resolver hasta ahora lo que representó la propuesta electoral más atractiva de su campaña; eliminar los peajes. Hasta optó por un largo y estratégico silencio que no le dio resultados. Finalmente, intentó hacerlo a la mala, amenazando la inversión privada que tanto necesita el país.Los limeños siguen pagando la tarifa por este servicio, la empresa Rutas de Lima continúa con sus operaciones a pesar de las advertencias y ha llevado el caso a un arbitraje internacional. López Aliaga ya paga caro ante la población su falsa promesa, pues la desaprobación a su gestión ya alcanza el 56%, según la encuesta de Ipsos para Perú21.