Por Peter Bryant y Miguel Incháustegui, expertos en minería.El cobre es a menudo conocido como "el metal de la electricidad". Se requieren grandes cantidades de este para la elaboración de vehículos eléctricos y para la generación de cada MWH de electricidad solar y eólica, en comparación con energías fósiles equivalentes. Sus múltiples usos lo convierten en único entre los minerales esenciales. Actualmente, la transición energética está impulsando el requerimiento de cobre, no solo en Norteamérica sino en todo el mundo. El aumento, sin precedentes, en la demanda por este metal representa una oportunidad única para que el Perú expanda rápidamente la producción de sus reservas de cobre. Un informe de S&P Global de 2022 predice que la producción anual de cobre crecerá de 25 a 50 millones de toneladas métricas para el año 2035. Sin embargo, la oportunidad está siendo impulsada por la inminente escasez de cobre. A partir del año 2035, el déficit de abastecimiento será de 10 toneladas métricas por año, o un 20% de la provisión anual requerida. Esta escasez se traduce en una expansión de electrificación masivamente retrasada, dilatando los objetivos por 10 años o más y, por supuesto, disparando los precios. Considerando que el Perú es el tercer país con las reservas más grandes de cobre a nivel mundial, ¿cómo puede el Perú crear un camino hacia la prosperidad?