Hace bastante tiempo que los peruanos sabemos que la economía viene de mal en peor. La acumulación de indicadores económicos que confirmarían que estamos en un escenario de recesión técnica no dejan de sumarse. Ya varios estamos estimando que el escenario más optimista de crecimiento en el 2023 estará entre el 0% y el 1%. Y es que para intentar obtener un crecimiento que supere ese rango, se requiere un dinamismo que no se ha visto en el pasado reciente, que no se aprecia hoy y que tampoco se anticipa en el futuro próximo.Es injusto achacarle toda la responsabilidad de nuestras dolencias económicas a un Gobierno que de manera accidentada ha tenido que rearmarse después del reciente golpe de Estado de Pedro Castillo. Este último nos dejó una herencia enorme de incompetencia, corrupción y destrucción del aparato estatal en poco más de año y medio que ha terminado acentuando la inestabilidad política y desconfianza cosechada desde hace una década.Pero si bien el Gobierno de la presidenta Boluarte no es la causante de todo este entuerto, su responsabilidad sí se irá incrementándo en tanto no tenga clara la evidencia real de nuestra problemática y no actúe en consecuencia, señala David Tuesta, presidente del Consejo Privado de Competitividad.