La salida de Rosa Gutiérrez de la presidencia de Essalud ha dejado una bomba, que lejos de haberse desactivado podría estallarle al Gobierno en el corto o mediano plazo.Gutiérrez, que nunca debió ser designada para ese cargo luego de haberse comprobado su incompetencia en el manejo del dengue cuando estuvo al frente del Minsa, ha lanzado graves acusaciones que embarran a la presidenta Dina Boluarte. Habló, sin ambigüedades, de una fuerte presión de Palacio de Gobierno para reponer al gerente general de la entidad, quien, según la exfuncionaria, habría estado envuelto en una trama de corrupción que se intentaba encubrir desde las altas esferas del poder. La exministra retó a la mandataria a que explicara por qué la estaba destituyendo.