Una ciudad en alerta. Un país esperando que no se repita la historia. Que la violencia, que el caos, que el terror que buscan los radicales, los agitadores de siempre, no se imponga hoy en las calles. Que una jornada de protesta de algunos miles no detenga al Perú de muchos millones. Que no volvamos a perder todos, como ocurrió entre los meses de diciembre y febrero último.Una Lima resguardada y en extrema vigilancia saldrá hoy a trabajar.