Anunciada desde hace meses como "la protesta definitiva" contra el gobierno de Dina Boluarte, desde diversas regiones, organizadores de la autodenominada ‘Toma de Lima’ admitieron que ya no cuentan con apoyo popular y se acusaron entre ellos por dinero. En ese sentido, pidieron que los mismos ciudadanos capitalinos dejen de trabajar para apoyar la marcha, pero la aplastante mayoría se pronunció por continuar sus labores.