ASUMIR LAS CONSECUENCIAS
18 de julio de 2023

Como Perú21 viene insistiendo, las movilizaciones, marchas y protestas están permitidas en una democracia. Son parte irrenunciable del juego político que implica. Pero si durante esas manifestaciones de la ciudadanía se cometen delitos graves como destrucción de la propiedad pública o privada, toma de locales, agresiones a las fuerzas de seguridad, arrebatos vandálicos o saqueos, como ocurrió en las anteriores ‘tomas de Lima’, la protesta se desnaturaliza.Y es con esto último con lo que los extremistas están amenazando, velada o abiertamente, en su llamada tercera ‘Toma de Lima’. Una medida de fuerza, de confrontación, con objetivos netamente políticos. De ahí que una gran cantidad de peruanos la rechace y la condene sin reservas.