La ausencia de flexibilidad laboral continúa siendo el mayor dolor de cabeza de los empresarios y la principal traba para la generación de empleos en nuestro país. Según un estudio de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), las compañías no pueden adaptarse a los ciclos económicos expansivos o recesivos con facilidad debido a las rigidez de la legislación laboral, que impone trabas para la contratación de personal o para prescindir de él cuando la situación lo amerite. Esto, de acuerdo con la CCL, origina que las empresas tiendan cada vez más a pasarse al lado informal o deban cerrar por no poder asumir una carga laboral excesiva. "Existe una relación positiva entre mayor rigidez laboral y empleo informal. Las empresas tienen que buscar mecanismos de supervivencia y por ello prefieren mecanismos de contratación más flexibles", afirmó Samuel Gleiser presidente del gremio. La CCL precisó que la excesiva regulación de los mercados laborales hace que los costos de contratación sean demasiado elevados, lo cual pone en riesgo nuestras ventajas competitivas. Indicó que después de Argentina, el Perú presenta los mayores costos laborales en América Latina (el 62% del salario bruto). Se detalló que, a pesar de las reformas laborales de los años 90, nuestro país aún mantiene muy altos los costos de despido y otros costos laborales no salariales (preaviso, indemnización, CTS).