En muchos de los casos de corrupción desarrollados por el Ministerio Público en contra de prominentes figuras políticas, los fiscales han encontrado vacíos que les impiden presentar acusaciones a prueba de balas. Sea porque la figura legal es forzada, porque los testigos escasean o porque no se ha podido probar fehacientemente la ruta del dinero, las carpetas fiscales parecen en ocasiones incompletas o antojadizas.La excepción obvia a esta dinámica es el caso del expresidente Alejandro Toledo. Es difícil encontrar, en la historia reciente, una acusación tan contundente como la que pesa en contra del exlíder de Perú Posible. Por ello, esta semana el juez Richard Concepción Carhuancho dispuso el inicio del juicio oral por la irregular licitación de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica a la empresa Odebrecht y sus consorciadas.(Edición domingo).