Sin ninguna gloria -pero sí con un alto nivel de desprestigio: 79% de desaprobación, según encuesta de Ipsos-, el Congreso de la República concluye hoy su periodo legislativo 2022-23 con un sinfín de denuncias contra varios de sus integrantes, numerosas inconductas éticas no sancionadas, componendas asolapadas y la ratificación de esa lamentable sentencia popular: otorongo no come otorongo. Haciendo oídos sordos al reclamo ciudadano de que se apliquen sanciones severas contra los parlamentarios sindicados como ‘Los Niños’ -integrantes del entramado de corrupción que encabezó el golpista Pedro Castillo-, la Comisión de Ética no ha concluido, pese al tiempo transcurrido, la investigación contra los 17 legisladores que, de acuerdo al Ministerio Público, canjearon sus votos a cambio de una serie de gollerías, entre ellas la designación de funcionarios públicos.