Cuando la mira de Perú seguía apuntando a alcanzar a Chile en la producción de cobre, una alerta llegó este mes con un país a 10,000 km de distancia: Congo nos había superado como productor del metal rojo. El reporte fue corregido rápidamente. El país centroafricano lo haría recién el 2026. La noticia sonó fuerte. No era un país vecino, ni la competencia traía cierta rivalidad histórica. La irrupción del Congo evidenciaba que la inversión puede ir a cualquier territorio con condiciones atractivas. En ese país, la alta ley de cobre (2.6% frente 0.41% de Perú) está pesando más que su conflicto armado y otros problemas.Desde el 2016, Perú es el segundo productor global. La ampliación de Cerro Verde y la operación de Constancia y Las Bambas lo hicieron posible. Sin embargo, la crisis política, la demora en los permisos (dos años frente a seis meses en Argentina o Chile) y los conflictos sociales impiden un desarrollo más rápido de más megaproyectos, señala el periodista Josimar Cóndor.