El Perú siempre ha sido un país dotado de enormes recursos naturales, ya sea el guano de las islas, el caucho de la selva o el salitre de la costa. La riqueza del guano de mediados del siglo XIX, la fiebre del caucho y el boom del salitre generaron fugaces y controversiales bonanzas económicas.Entre las cosas en común de estas tres efímeras fuentes de riqueza, podemos indicar que se trataba de riquezas puestas sobre la superficie, cuya explotación no demandaba significativos niveles de inversión o transformación.La otra diferencia es que el avance tecnológico las convirtió en obsoletas y económicamente marginales debido al desarrollo de materiales sustitutos, provenientes del petróleo, en el caso de caucho y la sintetización del amoniaco, por Fritz Haber en 1909, en el caso del salitre, señala Rafael Belaunde Llosa.