Esta semana, la agencia Bloomberg reportó que el Perú fue desplazado por la República Democrática del Congo (RDC) en el 2022 como segundo exportador de cobre del mundo y corre el riesgo de cederle pronto también el segundo lugar en el ránking de los mayores productores de cobre.Aunque podríamos quedarnos en la frustración casi deportiva que nos generan estos titulares, creo que es necesario ir un poco más allá y ver los riesgos que se esconden en el mediano y largo plazo detrás de ellos.En primer lugar, hay que decir que en este resultado han confluido dos fenómenos paralelos: el estancamiento de la producción cuprífera anual en el Perú en 2,4 millones de toneladas métricas desde hace unos años y su crecimiento vertiginoso en la RDC debido al inicio de la producción de la mina Kamoa-Kakula de la canadiense Ivanhoe Mines en el 2021, señala Alejandra Costa, Curadora de Economía del Comité de Lectura.(Edición sábado).