ECONOMÍA CIRCULAR EN EL SECTOR ELÉCTRICO
2 de junio de 2023

El cobre es un componente medular en una infinidad de productos electrónicos que utilizamos cada día, y sin los cuales nuestra vida sería mucho más complicada. Desde los cables eléctricos que suministran energía a nuestro hogar, pasando por las conexiones de internet y los circuitos integrados de los equipos informáticos, hasta los radiadores de los vehículos, el cobre está presente en casi todas las esferas de nuestra vida cotidiana.Su demanda está directamente vinculada a las particularidades de un estilo de vida propio de la modernidad del siglo XX e inicios del XXI, así como también al nivel poblacional en el planeta, el mismo que viene registrando un aumento considerable en las últimas décadas: hoy en día, la población mundial es más de tres veces mayor que a mediados del siglo pasado. Y se estima que para 2050 alcanzará las 9,700 millones de personas, y hasta 10,400 en el año 2080, de acuerdo con el informe "Perspectivas de la Población Mundial" elaborado por la ONU.Dicho incremento poblacional conlleva naturalmente a un efecto multiplicador de la demanda de energía, y por lo tanto de cobre. Y ahí radica el problema: el cobre es un recurso finito. En 2030, la demanda mundial del metal alcanzará los 25.5 millones de toneladas, lo que representa un déficit de 6 millones de toneladas, según un estudio realizado por la empresa de investigación en temas energéticos Rystad Energy a inicios de 2022.Se impone entonces un doble desafío: producir suficiente energía y bienes, pero respetando los objetivos contra el calentamiento global. Partiendo de dicha problemática, el modelo de economía circular resulta no sólo adecuado, sino prioritario, en particular para el sector eléctrico: las empresas tienen el deber de anticiparse y adaptar su estrategia de negocios a las acciones del reciclaje, señala Alex García Ramírez, gerente general de Indeco by Nexans.

  • [Gestión,Pág. 9]
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