A pesar de tres décadas de un notable avance económico, el Perú aún registra una brecha de infraestructura significativa. Esto afecta severamente la provisión de servicios básicos, incrementa los costos logísticos y restringe el crecimiento de la productividad del país. En el ámbito nacional, un tercio de hogares aún carece de agua, saneamiento y electricidad. Aún más alarmante, en ocho departamentos, incluyendo Loreto, Ucayali y Huánuco, más de la mitad de la población viive sin estos servicios esenciales.