La producción de China ha disminuido desde el confinamiento por la pandemia, y aunque se viene recuperando débilmente, lo cierto es que esto ha generado un desequilibrio en las cadenas de suministros globales. No obstante, este escenario podría resultar beneficioso para los países emergentes como Perú, quienes podrían aprovechar la relocalización de la cadena productiva.