La marginación y falta de identificación de la población peruana con los partidos políticos vigentes hacen que el malestar social sea una forma de canalizar su descontento, señala un informe de Moody"s.En tanto, los ingresos y la liquidez de las empresas en el país se verían afectados por sus bajos niveles de confianza que derivan, en parte, de los disturbios sociales prolongados y no resueltos, sostiene la agencia calificadora.El descontento de la población materializado en protestas tiene un impacto directo en las ganancias de las empresas y sus planes de inversión, pues paraliza la producción y genera inestabilidad, dijo Enrique Castellanos, docente de Economía de la Universidad del Pacífico.