Durante décadas se discutió cómo acabar con el centralismo en el Perú. El objetivo era descentralizar el poder y mejorar la calidad de vida de las poblaciones locales. Sin embargo, el diseño y la implementación de la regionalización no ha sido efectiva y ha mantenido a una parte de la población postergada de sus derechos fundamentales de salud oportuna, educación de calidad y vivienda digna.En el año 2022, el Estado peruano recaudó 157 mil millones de soles en impuestos, los que permiten cerrar holgadamente estas brechas a través de inversiones en infraestructura y la operación eficiente de la misma. Sin embargo, uno de los obstáculos para hacerlo está en la regionalización, señala Alfonso Bustamante Canny.