La industria extractiva tiene un inicio de año complicado. Esta situación no afecta solo a las exportaciones; tiene un impacto directo en más de 2 millones de empleos a nivel nacional, según cifras de la Confiep. Las cifras del último reporte del Ministerio de Energía y Minas (Minem) son alarmantes. En enero de 2023, los empleos en el sector minero metálico cayeron en un 5.8% en comparación con el mismo periodo el año pasado. La crisis social y política ha dañado seriamente la generación de trabajo, en especial en el sur del país, donde se intensificaron las protestas con actos de violencia en instalaciones de las empresas Apumayo, Antapaccay, Ares, entre otras.La disminución de las protestas dinamizará nuevamente la economía local alrededor de los proyectos mineros, lo que permitirá la generación de empleo. Pero, para ello, hay dos aspectos que se deben tomar en cuenta. Primero, para mantener el actual nivel de empleo -y evitar que disminuya aún más-, se requiere el apoyo decidido del gobierno para que las actuales operaciones continúen con sus labores sin mayores problemas. En ese sentido, urge aplicar una estrategia más eficaz en la gestión y en la prevención de los conflictos sociales. Esto, a su vez, implica que los tres niveles de gobierno mejoren la ejecución de sus gastos de inversión pública en zonas mineras, señala Guillermo Shinno Huamaní, gerente general de Apumayo.(Edición domingo).