Ayer, tras postergar su presentación ante la justicia peruana por más de seis años -se le impuso prisión preventiva en el 2017 por el Caso Odebrecht-, el expresidente Alejandro Toledo se entregó finalmente a las autoridades en California, Estados Unidos, para ser extraditado al Perú, donde debe responder por los serios indicios que lo comprometen en actos de corrupción y lavado de activos. A saber, los concernientes a las coimas de Odebrecht, en un proceso en el que se le imputa haber recibido US$35 millones para beneficiar a la constructora brasileña con la adjudicación de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica Sur, y a Ecoteva, cuyo juicio ya comenzó y que se vincula al anterior en la medida en que tiene que ver con las acciones que habrían realizado Toledo y sus parientes para introducir el dinero de los sobornos al circuito legal.(Edición sábado).