Hace poco se anunció que los lotes petroleros en Talara, cuyas concesiones expiran en pocos años, pasarán a ser explotados directamente por Petroperú. Los que respaldan esta propuesta han olvidado por qué el Estado peruano, durante las últimas tres décadas, ha optado por promover la inversión privada en recursos naturales a través de concesiones: el Estado no tiene los recursos ni el know-how necesarios para realizar estas inversiones de manera eficiente.Las concesiones otorgadas permitieron que crezcamos exponencialmente en materia de producción minera y gasífera, interconexión vial y de telecomunicaciones, transmisión eléctrica, se expandiese significativamente el acceso al gas natural en hogares; y que modernicemos nuestra infraestructura portuaria y aeroportuaria, mejorando nuestra conectividad e integración al mundo, entre otros logros. El proceso no estuvo libre de problemas, pero fuimos aprendiendo en el camino y aún quedan varios temas por resolver.El caso de los lotes petroleros que revertirán al Estado tras tres décadas en manos privadas es útil para poner el reflector en algunos problemas que subsisten en nuestro marco normativo de concesiones, señala Carlos E. Paredes, docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental.