UN PODEROSO MOTIVO PARA REFORMAR LOS PROGRAMAS SOCIALES
9 de noviembre de 2006

La eficacia y el debido control de calidad de los productos que el Pronaa entrega a la población escolar y de escasos recursos están en grave entredicho. La intoxicación de 557 niños en Huancayo, que consumieron leche pasteurizada y pan fortificado, es razón suficiente para revisar el método de trabajo de ese organismo, además de la investigación y sanción que conlleva el hecho. Después de superada la intoxicación, cabe meditar sobre la reforma que requieren los programas sociales. No basta señalar, como para deslindar responsabilidades, que la empresa particular encargada de la distribución es la única culpable porque por algo existe el Pronaa, es decir, la entidad llamada a controlar el buen estado de los alimentos. Según los anuncios oficiales, hoy debe conocerse el resultado del análisis de los alimentos y se sabrá si la contaminación fue causada por un agente tóxico o por la descomposición del producto. En todo caso, esto es motivo para recordar al Gobierno que después de sus cien días de gestión debería emitir señales sobre su propuesta para integrar los programas sociales con el fin de evitar duplicidades e ineficacias. El Comercio en sus Propuestas para una Agenda de Gobierno 2006 sugirió la necesidad de crear una entidad autónoma que administre de forma técnica el gasto social. Hay 122 programas sociales que se superponen y que tornan burocrática la lucha contra la pobreza, en vez de hacerla efectiva.