El ciclón Yaku ha dejado a su paso una estela de destrucción. Pero también ha puesto a prueba los planes de contingencia de las empresas del norte y centro del país, particularmente, de las que administran infraestructura sensible.Es el caso del Grupo Distriluz, "pool" de empresas estatales -cuatro, en total- que distribuye electricidad a 13,8 millones de personas en once regiones de la costa y la sierra, la mayoría de las cuales vienen siendo impactadas por las lluvias torrenciales y huaicos."Las operaciones del Grupo Distriluz se localizan en zonas geográficas bien complicadas, donde hay muchos fenómenos climatológicos adversos. Cuando ocurren estos eventos, activamos nuestro sistema de emergencia y contingencias", indica Arturo Vásquez, presidente del directorio del grupo estatal.