El cuento esparcido por ciertos políticos de izquierda y replicado por otros sectores en el sentido de que las protestas -la mayoría de ellas violentas y hasta subversivas en muchos casos, como cuando quemaron locales, asaltaron aeropuertos o atacaron a miembros de las FF.AA.- eran espontáneas y autoconvocadas por la ciudadanía, se ha acabado.El informe de Perú21 publicado el último lunes confirma que de espontáneas no tuvieron nada. En Puno, donde se han radicalizado las medidas de fuerza, uno de los subversivos que ha venido azuzando y organizando a la población tiene un nombre: César Tito Rojas.