Lejos del convulso sur, en el norte del país, el sector petrolero busca reactivar sus inversiones aprovechando el aparente clima de paz social.Muestra de ello, el beneplácito con que la población de Talara recibió el anuncio presidencial de que los lotes de petróleo piuranos I, VI-VII y Z -69 (Z -2 B ampliado) "serán del Estado peruano" o, lo que es lo mismo, de PetroPerú.Se trata, en todos los casos, de lotes de hidrocarburos cuyos contratos vencen en el 2023 y cuya titularidad anhela PetroPerú con la finalidad de proveer de crudo a su flamante complejo refinero de aproximadamente US$5.300 millones. Estos no son, sin embargo, los únicos lotes petroleros en el radar de la petrolera estatal.La principal aspiración de Petro-Perú desde hace una década es lograr su ingreso al lote 192 (Loreto), otrora principal productor de petróleo del país.