Luego de casi veinte años de implementación, resulta evidente que el modelo utilizado para promover la masificación del consumo de gas en el país no ha arrojado los resultados deseados. Si bien en Lima e Ica la disponibilidad de un sistema de distribución por ductos ha permitido la inclusión masiva de hogares, lamentablemente ello no ha podido darse en otras regiones. De hecho, actualmente poco más del 14% de las familias cuenta con conexiones domiciliarias, la inmensa mayoría en la capital.La diferencia tarifaria entre Lima y el interior del país, donde no llegan los ductos, resulta abismal. Ello debido a los altos costos del transporte a través de camiones cisterna, que encarecen el suministro e impiden que el gas pueda competir con otros combustibles, señala Pablo de la Flor.(Edición sábado).