Ha hecho bien el Ministerio de Economía y Finanzas en confirmar que el Gobierno no aplicará medidas, como la eliminación de la exoneración del IGV, que podrían tener un efecto negativo en la bancarización y que más bien se quiere impulsar en el país.En lo mismo, es positivo que mantenga diálogo fluido con los gremios empresariales para definir un nuevo esquema tributario que entraría a regir en enero del 2007 y que sería "más eficiente y equitativo", según ha anunciado el ministro Luis Carranza. Esperemos que así sea. Lo primordial es generar estabilidad y confianza, y no políticas que impliquen un continuo cambio en las reglas de juego. Por eso, ahora que se está evaluando los pros y contras de eliminar la exoneración del Impuesto a la Renta a las ganancias de capital en la Bolsa de Valores, bien valdría poner sobre la mesa la serie de cargas tributarias que nacieron como temporales y que en la práctica se han convertido en permanentes. Un primer paso debería ser modificar, por lo menos, los impuestos antitécnicos y caminar hacia la postergada ampliación de la base tributaria.