Empezó relativamente bien. La presidenta Dina Boluarte sorprendió a muchos con su mensaje en contra del golpe de Estado. Sorprendió más aún con su disposición de atender a la prensa independiente, cosa que su antecesor evitó cobardemente.Incluso, la declaración de estado de emergencia fue una decisión acertada y valiente. Igualmente acertada fue la firmeza de la Policía Nacional del Perú (PNP), secundada por las Fuerzas Armadas (FF.AA.), en el restablecimiento del orden público, frente a los sucesos que acontecieron inmediatamente a continuación del fallido golpe.Repito, todo iba bien hasta hace un par de semanas, que volvió la pasividad y permisividad de la PNP y las FF.AA. frente a los bloqueos de carreteras, quema de vehículos particulares y de la PNP, apedreamiento de ambulancias y efectivos policiales, con muertes y heridos graves de por medio, más destrozos en aeropuertos y otros actos vandálicos que ocurrieron -sobre todo- en las regiones del sur del país, señala Fernando Cillóniz.