El golpe de Estado de Pedro Castillo el 7 de diciembre del 2022 colocó al país en una espiral de violencia e incertidumbre de la que todavía no sale. De hecho, ya se cuentan más de 50 muertos en el territorio nacional: el corolario de semanas de atentados contra activos estratégicos (como aeropuertos, carreteras, comisarías y otras dependencias estatales), de ataques contra las fuerzas del orden y de una respuesta policial claramente deficiente, además de una falta de Inteligencia para identificar y procesar a los vándalos que, al amparo de la protesta, han cometido actos que merecen ser sancionados.(Edición sábado).