El consumo privado cerró el 2022 con un crecimiento de 4,4%, una evolución positiva sustentada en la recuperación gradual del empleo, el acceso a fuentes de ingresos extraordinarios, el incremento del crédito de consumo y en el avance del proceso de vacunación que permitió el retorno a la presencialidad, beneficiando en particular a los sectores comercio y servicio, sostuvo Pablo Nano, subgerente de Estudios Económicos de Scotiabank.Sin embargo, explicó que, desde el segundo semestre de ese año, se observó una desaceleración en el consumo, producto del incremento sostenido de las tasas de interés del Banco Central de Reserva (BCR) para combatir la inflación, así como por la intensificación del ruido político que afectó la confianza del consumidor. Asimismo, agregó que se asume que en el 2023 el acceso a ingresos extraordinarios sería menor que en años anteriores.