El Perú vivió ayer una jornada terrible. Hasta el momento en el que se escribió este editorial, la Defensoría del Pueblo cifraba en 17 el número de fallecidos luego de las protestas registradas en las inmediaciones del aeropuerto Inca Manco Cápac de Juliaca, en Puno. Los heridos, por otro lado, se acercaban a los 40. Ello, además, sin mencionar las consecuencias en la infraestructura del aeródromo y en las zonas aledañas tras una ola de violencia cuyas imágenes difícilmente olvidaremos.En El comercio hemos señalado que detrás de muchas de las protestas que han tenido lugar en las últimas semanas existen grupos interesados en generar violencia para impulsar agendas particulares. El domingo, solo por poner un ejemplo, nuestra Unidad de Investigación informó sobre los preocupantes antecedentes por cargos de narcotráfico que tienen tres promotores de las manifestaciones en Ica, San Martín y Ucayali, y el propio ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta, ha señalado que poseen información sobre el presunto financiamiento ilícito (con dinero proveniente precisamente del narcotráfico y de la minería ilegal) detrás de algunas movilizaciones.