Durante el 2022, la minería se encontró la mayor parte del tiempo entre la espada y la pared, a pesar de los inmejorables precios de los metales -particularmente, del cobre y el oro- que debían haber configurado un entorno favorable para la inversión. LO MALO Y LO FEO. "La pena es que (el 2022), que debió haber sido brillante para la minería, está terminando de manera muy opaca", apunta Carlos Gálvez, expresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).