CAMINO AL 2006
15 de diciembre de 2004

Es difícil saber a dónde va el Perú; en cambio, lo que sí sabemos es que el desorden social y político aumenta. Es una época de ruptura con los viejos valores del Estado. La diferencia es que hoy la migración rural que provocó el terrorismo nos ha hecho tomar conciencia de nuestra pluralidad. Son la cantidad de puntos de vista los que vuelven tan complejas nuestras relaciones. ¿Está naciendo una nueva sociedad? Sucede que muchos compatriotas, sorprendidos por lo que les toca vivir, han comenzado a preguntarse si podemos seguir existiendo como nación.La sensación de ese país sin rumbo ni destino se ha ido empozando en el alma colectiva y no se explica con las encuestas ni se comprende escuchando ni leyendo la prensa. Es un sentimiento que se aloja en el corazón de más personas cada día. En estas condiciones llegamos a las puertas del 2006, año de elecciones al fin de este régimen que tanto desencanto ha causado. Como miembro del APRA desde hace 40 años, me pregunto qué es lo que mi partido puede hacer en esta situación tan dramática.¿Debe ser el Dr. Alan García, político paradigmático del Perú, el candidato presidencial del APRA en las próximas elecciones?Voy de una vez al grano: mi respuesta es NO. De lo que estoy convencido es de que Alan García sí puede ser candidato a la Presidencia en representación de un acuerdo amplio de partidos políticos, organizaciones sociales y fuerzas provincianas. Alan se constituiría así en candidato nacional y no del aprismo, ni de algún frente de fachada para fines electorales. Como fruto de esta idea, el Partido Aprista apoyaría a Alan y lo dejaría en libertad y con total independencia para organizar el acuerdo.El objetivo es el triunfo del acuerdo amplio, para formar un gobierno de compromiso nacional que se anticipe y salve al país del caos que se anuncia. Lo primordial es lograr una eficiente gobernabilidad democrática, con crecimiento económico y justicia social durante los próximos años.Sin embargo, esta propuesta no puede condicionarse a que Alan García sea el único candidato posible del acuerdo amplio. Si el Partido Aprista es herramienta para servir al pueblo peruano, tiene que ser permeable a que otros cuenten con su apoyo para la Presidencia, si es el destino del Perú el que está en juego.Es un camino para que los peruanos vuelvan a creer en sus dirigentes y puedan soñar con un país mejor. Entonces podremos responder a dónde va el Perú y abrir la esperanza hacia el 2006, señala Hugo Otero en una columna de opinión.