Ayer, el dictamen que plantea una reforma constitucional para recortar el mandato presidencial y congresal y adelantar las elecciones a diciembre del 2023 naufragó en el Legislativo con 49 votos a favor, 33 en contra y 25 abstenciones. Con ello, el Congreso de la República desperdició una oportunidad, después de una semana llena de violencia que se ha cobrado la vida de una veintena de peruanos, de proveer una salida medianamente razonable al caos que se vive en el país. Además, se ha tratado de una decisión que ha reunido tanto a la izquierda parlamentaria como a buena parte de la derecha, y que pone de relieve los vicios y limitaciones de nuestros políticos de ambas tendencias. (Edición sábado)