Ultimamente ha habido bastante especulación en algunos medios financieros, incluyendo las respetadas publicaciones de Apoyo, sobre lo que le pasaría al Perú si la economía mundial entra en recesión y si el auge económico de la China se frena. Tengo dos respuestas: primero, es altamente improbable que la economía mundial entre en recesión (y menos la economía de la China) en los próximos dos o tres años, y segundo, contra esa improbable eventualidad podemos empezar a protegernos desde ahora. Empecemos con un poco de sal y pimienta: nuestros analistas económicos no tienen en los últimos años una trayectoria que inspire mucha confianza. Un ejemplo: cuando entré al Ministerio de Economía en julio del 2001 los mismos analistas que hoy temen una recesión dijeron que el primer año del entonces nuevo gobierno tendría un déficit fiscal del 5% del Producto y que el crecimiento económico sería tan sólo de 2%. Se equivocaron no de números, pero sí de categorías: el crecimiento fue de 5% y el déficit fue de 2%.Hoy los analistas creen que la burbuja especulativa inmobiliaria en Estados Unidos va a traer la economía para abajo. No hay tal cosa: es cierto que el mercado inmobiliario estuvo inflado por especulación, pero no es cierto que haya colapsado. Un factor que mantiene no sólo al mercado inmobiliario sino a toda la economía norteamericana andando es que las tasas de interés han estado bajando, sobre todo las tasas de mediano y largo plazo que afectan la inversión. La reciente caída de los precios del petróleo es otro factor positivo. Veredicto: crecimiento más lento, sí; recesión, no.En cuanto a la China, se especula que su sistema financiero podría sufrir dificultades, arrastrando a su economía. No hay duda de que el sistema financiero estatal chino tiene muchos problemas, pero también es cierto que se han vendido fuertes participaciones recientemente a bancos extranjeros, entre ellos Citibank y el HSBC. El proceso de reforma financiera se ha iniciado. Naturalmente habrá momentos de menor crecimiento económico, con un crecimiento menor para materias primas importadas. El cobre no permanecerá en US$4 la libra permanentemente, sin duda alguna; cuando baje, como ocurrirá inexorablemente, eso se deberá, más que a lo que pase en China, a la apertura de nuevas minas y a la entrada de sustitutos. Pero estos cambios van a tomar tiempo. Veredicto: posible reducción de precios de los minerales, sí; colapso, definitivamente no. ¿Qué debe hacer el Perú? Obviamente hay que mantener las políticas financieras y fiscales conservadoras de los últimos años. En el último quinquenio las reservas internacionales se han duplicado a unos US$15 mil millones: estas son reservas para las épocas flacas, no son recursos para gastar (además el Banco de Reserva ya efectuó un “gasto” cuando compró dólares con soles -no puede volver a repetir la operación). Con una política fiscal prudente se ha logrado bajar el peso de la deuda pública de 50% del Producto en el 2000 a 35% hoy. Todo eso se debe mantener, aunque tenga cierto costo político, sobre todo en períodos electorales. Hoy estamos mucho mejor que cuando hubo la última crisis de 1997-1998, provocada por el problema financiero asiático y el fenómeno del Niño: hoy hay menos deuda, más reservas, y el sistema bancario está mucho más sólido y ya no depende de líneas de crédito del exterior.En vez de preocuparnos demasiado de qué pasa si se viene un huaico, debemos aprovechar el período de bonanza para fortalecer la inversión en infraestructura -pública y privada- y así afianzar nuestra economía para el futuro. Eso es lo que se está haciendo. Ese es el camino. Eso sí, debemos estar listos ante posibles catástrofes naturales, como sería un terremoto: mi impresión es que el indeci no tiene los recursos ni la organización para enfrentar una verdadera catástrofe, señala Pedro Pablo Kuczynski.(Edición domingo).