Los conductores de vehículos de transporte público y privado formaron largas colas en los grifos de la ciudad para abastecerse de combustible y de gas vehicular. Se supo que ante la escasez, el GLP debió traerse de otras regiones. Los choferes denunciaron que solo se vendía hasta un máximo de 30 soles. El bloqueo de la carretera Panamericana Sur impidió la llegada de los camiones cisternas con el combustible.