Salga de su casa. Párese en un punto conveniente de la vereda. Levante la vista. Lance una mirada a lo largo de la calle. ¿Qué ve?: cables de teléfono, de televisión, de luz. Un tejido de cobre que se posa sobre la ciudad. ¿Tendrá que ser así para siempre? A partir del año 2009, cuando toque fijar nuevas tarifas de luz, zonas de Lima en las que lo normal son las redes eléctricas aéreas podrían pasar a tener una mayor proporción de cables subterráneos, indicó Miguel Révolo, gerente de la División de Distribución Eléctrica de Osinerg. Aunque parezca mentira, ya el 52% el cableado de media tensión, que distribuye la energía eléctrica al interior de la urbe, va oculto bajo tierra, señaló Révolo. Según él, se trata de un valor bastante más alto que el que se registra en otras partes de la región. En la capital argentina, el 90% de la red es aérea y en Chile la cifra llega al 95%, aseguró. Por su parte, Hans Berger, portavoz de Luz del Sur, ha sostenido que, en el área de influencia de la empresa, las líneas de electricidad subterráneas ya constituyen el 70% del total y que por el momento no se tiene previsto ampliarlas.El funcionario del órgano regulador explicó que elegir un tipo de instalación u otra es, en buena cuenta, un asunto económico. Tender un kilómetro de cable de tensión media (10 mil voltios) en postes vale aproximadamente 9 mil dólares. Con una línea subterránea el monto se eleva a 60 mil dólares. Y mejor no hablar de los cables de alta tensión: en este caso, el costo salta de 56 mil dólares a 376 mil dólares al migrar a una instalación subterránea. Esto incide en las tarifas y, por lo mismo, se recurre a un tendido subterráneo solo cuando las características de un lugar lo justifican, refirió.(Edición sábado).
- [El Comercio,Pág. A 15] /