Se escuchó más de lo mismo: los vocales supremos no dan su brazo a torcer en cuanto a las reformas de fondo en el Poder Judicial, pues rechazan el control externo, que la Corte Suprema se convierta en una instancia de casación y que el número de sus integrantes se reduzca a once.Las conocidas posturas se reiteraron durante la reunión que tuvo ayer un subgrupo de trabajo de la Comisión de Constitución del Congreso que analiza la reforma de la judicatura.A esta cita acudieron tres representantes supremos: Roger Salas Gamboa, Elcira Vásquez y Manuel Sánchez Palacios. Los tres insistieron en que el control a los magistrados debe continuar estando en manos de ellos mismos, porque en caso se otorgue esta potestad a un órgano externo se corre el riesgo de tener jueces timoratos.(Edición sábado).