Cinco mineros ilegales fueron asesinados en una habitación que alquilaron para pasar la noche en el centro poblado de Llaugueda (Otuzco). Las víctimas, que llegaron a la sierra liberteña procedentes de Amazonas, recibieron disparos en la cabeza y en el pecho. El hecho de sangre habría sido perpetrado por bandas que buscan controlar la explotación de minerales en dicha zona.