Los empresarios parecían estar de acuerdo: la educación es una prioridad y se necesita un esfuerzo "orgánico, supervisado y continuo" para mejorar su crítica situación. Por eso dedicaron la edición dieciséis del Congreso Nacional de la Empresa Privada a su compromiso con la educación. Anoche, durante la clausura de la cita, el presidente de la Confiep, José Miguel Morales, anunció la formación de la Asociación de Empresarios por la Educación en el Perú.Este anuncio plantea grandes retos al empresariado, y el congreso fue solo un primer paso que puede convertirse en un "punto de inflexión", como señaló Morales.Muestra de ello fue que ante los dramáticos testimonios y las espeluznantes cifras presentadas en el primer día, a los que siguieron las lúcidas exposiciones de los invitados internacionales que describieron las experiencias en Chile, Colombia o España, los líderes gremiales peruanos expusieron en la tercera y última sesión ("los empresarios peruanos y sus desafíos en la educación") una serie de esfuerzos independientes y aislados. "En la tarea de la educación, los empresarios somos actores secundarios", afirmó uno de ellos.Pero para Morales el esfuerzo que debe hacer el empresariado va más allá. Por ello aseguró que lo que requiere la educación peruana es "una revolución", de la que los empresarios peruanos tienen que formar parte. El primer paso parece haber sido dado.