Dado el aumento de la demanda interna de gas licuado de petróleo (GLP) y la reducción en la oferta en la producción nacional de este combustible, es previsible que el país dependa cada vez más de las importaciones de ese derivado, pero con el riesgo de incrementos de precios, según diversos especialistas. De acuerdo a cifras de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), la producción nacional de líquidos de gas natural extraído de Camisea (del cual se obtiene el GLP), registra tendencia declinante.