"Este es un gobierno puesto por ustedes y las rejas de Palacio de Gobierno tienen que estar abiertas", prometió el presidente Pedro Castillo a decenas de mineros ilegales e informales; y todo indica que así lo cumplió, a pesar del daño social, económico y ambiental que esto conlleva.El 16 de agosto, el mandatario les abrió las puertas de la Casa de Pizarro a representantes y trabajadores de la Confederación Nacional de Pequeña Minería y Minería Artesanal (Confemin Perú). Ellos exigieron que el Ejecutivo derogue normas que consideran perjudiciales para su formalización.Raúl Jacob, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), resaltó que la minería ilegal es una "amenaza para el país". (Edición sábado).