Hace poco más de una semana escribimos en El Comercio que la representación nacional debía de censurar "de inmediato" al ministro del Interior, Willy Huerta. La medida estaba, a nuestro entender, bastante justificada. Por eso, hoy, cuando el Congreso finalmente debata un pedido presentado por un grupo de congresistas en ese sentido, esperamos que los parlamentarios tomen conciencia de todo lo que significaría dejar que dicho funcionario permanezca en un puesto al que ha deshonrado, ya sea por lo que ha hecho como por lo que ha dejado que otros hagan.