En los últimos meses, hemos sido testigos de la creciente espiral de violencia que deja a su paso la minería ilegal, una de las más serias amenazas a la seguridad, medio ambiente e institucionalidad del país.Apenas la semana pasada, una turba de mineros ilegales se enfrentó a la Policía en un tenaz intento por mantenerse en La Pampa, dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva de Tambopata. No se trata de pequeños operadores artesanales, sino de grupos organizados que utilizan maquinaria pesada y que en los últimos años han depredado 100 mil hectáreas de bosques en Madre de Dios.Estos mineros ilegales emplean grandes cantidades de mercurio altamente tóxico que vierten al medio ambiente, atentando contra su propia salud y la del resto de la población, señala Pablo de la Flor.(Edición sábado).