Ante los anuncios de protestas por parte de los pobladores de Santa Cruz, que se oponen a la presencia de la minera La Zanja -ubicada en la localidad de Pulán, en Cajamarca-, la directiva de la empresa anunció que continuará con sus actividades, pero con responsabilidad social y ambiental y respetando el diálogo y la voluntad de los pobladores.En una reunión realizada ayer en la ciudad de Chiclayo, se informó que la toma del campamento por los comuneros, ocurrida el pasado 16 de noviembre, dejó pérdidas aproximadas de 150 mil dólares. Pese a ello, Raúl Benavides, gerente general de La Zanja, dijo que han decidido seguir con el proyecto para así impulsar el desarrollo sostenible, generar progreso y mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la región.