Hace más de 30 años que Ana Hualinga, de la comunidad San Cristóbal, convive con las aguas contaminadas del Río Corrientes, sin poder hacer nada para evitarlo. En todo ese tiempo ha visto que la gente que vive cerca del río se enferma y hasta muere solo por tomar el agua contaminada por la explotación petrolera; por eso no dudó en apoyar a sus "hermanos achuar" cuando hace diez días tomaron los pozos 1AB y 8 de Pluspetrol. "Nuestros hermanos están en pie de lucha porque Osinerg ha declarado que el agua del Río Corrientes no es para consumo humano. Nuestros niños se quedan sin padre, sin madre es verdad. En este momento tenemos una señora enferma, con dolor de estómago y que se sabe que no tiene cura", cuenta la mujer, que forma parte de la comitiva que el viernes pasado llegó a Lima.(Edición domingo).
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