PERSEGUIDOS Y ATACANTES
15 de agosto de 2022

Hay una estadística que refleja bien el largo proceso de deterioro de la política peruana: desde hace casi 40 años, todos los presidentes electos en el país han enfrentado serias investigaciones -e incluso condenas- por delitos de corrupción. E igual de predecible que esa triste recurrencia es la reacción inicial de los imputados para explicar las acusaciones en su contra: son todos víctimas de una campaña de desprestigio digitada por oscuras y poderosas fuerzas que buscan mellar su liderazgo y compromiso con el pueblo. Es cierto que no todos los casos son de la misma naturaleza, ni las pruebas son igual de contundentes, pero las razones argüidas son siempre similares.