Ayer por la mañana, Aníbal Torres, el ahora expresidente del Consejo de Ministros, anunció en las redes que había puesto "su cargo a disposición": un modo retórico de decir que renunciaba a la jefatura del Gabinete; no se sabe si a pedido del presidente Pedro Castillo o por propia decisión. De cualquier forma, su retiro pone fin a una gestión que en sus dos facetas -primero como titular de Justicia y Derechos Humanos y luego, a partir del 8 de febrero, como jefe del Gabinete- ha sido literalmente penosa. Esto es, lamentable y malhadada.