Ni el Papa se escapó de sus garras. Y es que, ayer, el procurador adjunto para casos de terrorismo, José Luis Quiroga Becerra, reveló que la cúpula de Sendero Luminoso había maquinado un plan para asesinar a su Santidad Juan Pablo II cuando este visitó por segunda vez al Perú, en 1988. El abogado del Estado le hizo llegar las pruebas documentales de su afirmación al presidente de la Segunda Sala Transitoria Penal de la Corte Suprema, Roger Salas Gamboa, en las que se confirma el plan senderista contra quien en vida fuera la máxima autoridad de la Iglesia Católica. Juan Pablo II llegó al Perú en dos oportunidades, en 1985 y 1988, con el fin de traer el mensaje de paz a todos los fieles del país; sin embargo, nadie había imaginado las siniestras intenciones de la banda armada maoísta.Las pruebas indiciarias de que SL querría atentar contra Su Santidad se hallaron en el domicilio de Alfredo Crespo Bragayrac, actual abogado de la cabecilla Elena Iparraguirre, cuando fue detenido, la década pasada, por las autoridades como dirigente de la llamada "Asociación de Abogados Democráticos", apéndice de Socorro Popular, el brazo logístico de las bandas armadas senderistas.
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