La salida del ahora extitular del Interior Mariano González tras solo dos semanas en el cargo constituye prácticamente una autoinculpación del presidente Pedro Castillo en varios de los casos por los que el Ministerio Público lo investiga.El renunciado ministro, como dijimos ayer, había dado señas de estarse tomando en serio la tarea de ubicar a los prófugos Juan Silva (exministro de Transportes y Comunicaciones), Bruno Pacheco (exsecretario de Palacio) y Fray Vásquez Castillo (sobrino del mandatario). Los tres están directamente vinculados con la presunta corrupción existente en las licitaciones del MTC y Petro-Perú, o con el presunto tráfico de influencias que habría existido en los procesos de ascenso de la PNP y las Fuerzas Armadas, por lo que la remoción de González no admite otra lectura que la de ser un intento por bloquear el esfuerzo de capturarlos.